sábado, 23 de julio de 2011

ARANTZA GORORDO: "Talleres"

–Llegamos al aula el primer día y un orangután nos estaba esperando. Así como se lo digo doctor –comentaba Fuensanta tirada en el diván del prestigioso psiquiatra–. El animal me impuso lo suyo; pero nada comparable a lo que sentí cuando Robert de Niro vino a clase. Su presencia levantó elogiosos comentarios, aunque todos los compañeros, escritores en ciernes, coincidimos en su exagerado narcisismo, pues no paró de mirarse al espejo. Se fue en un taxi compartido, ¡por supuesto! 
–Los taxis, ¿deben ser compartidos? 
–Doctor, es evidente que usted no ha asistido a un taller de escritura. 
Fuensanta, totalmente repanchingada en la chaise-longue, hablaba y hablaba de personas y personajes, de fantasías y realidades; en su cabeza la barrera que separa estos dos mundos nunca estaba bajada. El doctor iba tomando notas mientras la observaba. Sus gestos, su voz, su risa que era más una sonrisa, le encantaban. 
–He viajado por medio mundo: desde Bilbao, nuestro “bocho”, hasta la India. Me he zambullido por mares de recuerdos, algunos propios, otros ajenos. ¡Doctor, apúntese el próximo año! Se lo recomiendo… Sí; le vendrá bien. Ya ve yo como estoy. 
–Genial. 
–“Genial” qué: qué me ve genial o que le parece genial el taller y se va a apuntar. 
–Las dos cosas Fuensanta. 
–Bueno; debo ser sincera y decirle también que se pasan malos ratos. En una ocasión tuvimos que hablar en serio y salió de todo. Hasta el más alegre y dicharachero lleva dentro sus miserias. Mucho amor roto y antesdeayeres de la vida sin resolver. 
–Tú, Fuensanta, ¿qué escribiste? 
–¿Yo? –se tomó su tiempo para contestar y así, de paso, quitarse los zapatos– yo escribí sobre usted y… sobre mí.

2 comentarios:

  1. Todos los relatos me están pareciendo buenos, unos más poéticos, otros, con ironía de la buena y alguno, bastante enigmático. Este "Talleres", está escrito con una sensibilidad muy especial. Sigue deleitándonos.

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  2. Arantza, es un texto magnífico, con muchas de las claves que nos pertenecen a la gente del taller y que has reelaborado a tu modo. La última línea de diálogo, espléndida. Y, perdona al profesorcillo que soy, pero "repanchingada" me ha provocado una subida de tensión de la que me va a ser difícil recuperarme...

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