viernes, 23 de diciembre de 2011

El espíritu de la Navidad

Nunca tuve nombre y apellido como tuvieron en vida otros espíritus. En realidad, yo no soy el ánima de un mortal, sino el de unas fechas, las que corresponden a los últimos días de cada año. Ésas en las que la comunidad cristiana conmemora el nacimiento, ya hace más de dos mil años, de un Hombre Justo. 
Dada mi dilatada experiencia en observar los sentimientos humanos en ésta, mi temporada anual de trabajo, permitidme daros unos consejos: 
—En estos días, sed felices si podéis y os da la gana. No es obligación sonreír si te duele el alma o el cuerpo. 
—Cuando emprendas la tarea de cambiar los calendarios de 2011 por los de 2012, dale a éstos un saludo cariñoso. Siempre conviene estar a bien con lo nuevo. Los viejos calendarios tíralos al reciclaje de papel con una mezcla de nostalgia y esperanza. 
—Por último, me atrevo a sugerir que te sientas agradecid@ por ser una de las personas privilegiadas que hay en el Planeta Tierra.
Os deseo a vosotr@s y a vuestras familias, todo lo bueno que seáis capaces de administrar con equidad.
EL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD

2 comentarios:

  1. ¿Cuanto aprendo con vosotras?
    He tomado nota, procuraré administrar con equidad mi egoismo.
    Jovenanciano

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  2. En nombre de "El espíritu de la Navidad" agradezco a los responsables del taller de Literatura Viva que hayan publicado sus consejos.
    Jovenanciano, el egoísmo es lo más difícil de administrar con equidad. Enhorabuena si lo consigues.

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