Ángeles y arcángeles me arrastraban, crueles, implacables, hacia las puertas del Paraíso, después de que el Creador, apreciando mis muchos méritos, decidiera recompensarme con la Vida Eterna. Sin embargo, yo me resistía desesperadamente, y preguntaba, incrédulo, entre sollozos.
–Pero… ¿y mis libros? ¿mis libros?... ¿Dónde están todos mis libros?...
Grande... Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarAlex
Como se nota que escribís por placer..¡hasta en agosto !
ResponderEliminarIlu
Bueno, muy bueno. Todos los publicados en "El espiritu de la Alhóndiga" merecen un rato de las vacaciones de cualquier persona con un poco de sensibilidad. Ese viaje al café de Jean Marie de Javier lo estamos imaginando todos. Esa resistencia a entrar en el Cielo de Pedro, se visualiza perfectamente, etc.
ResponderEliminarPedro: tus libros te los dejaste en el è-book. Un abrazo angelical de Carmen.
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