Me embriago de humedad y aromas marinos y observo los peces, mecidos por la corriente que sube hacia las antiguas minas vizcaínas llevando barcos fantasmas a su encuentro.
Esquivo a los pocos paseantes que observan mis movimientos, precisos y efectivos, copiados de los de mi padre, gran pescador y mejor filósofo.
Prefiero vestir de negro. La gente pasa sin verme. Me confunde quizás con un engranaje más del puente, un madero de gabarra o un trozo de cargadero.
Fundido con la luz del amanecer, me hago invisible para sacar del agua el sustento y la energía.
Esperanza Saldaña, Bilbao 1963, traductora y diletante.
Me ha gustado mucho. Es un texto muy limpio, muy claro y, ademas, muy nuestro:la ría y Bilbao.
ResponderEliminarArantza
Precioso. Es puro corazón.
ResponderEliminar¡Felicidades,Esperanza!
Lina
Felicidades Espe!
ResponderEliminarQue tu prosa poética siga tejiendo nuevos horizontes.
Besos miles.
Estefanía.
Me gusta Esperanza. Tiene ritmo y armonía propios, o sea, fluye y a la vez expresa tu lirismo y capacidad para leer el mundo cotidiano que te rodea y plasmarlo en imágenes desde una óptica poética. Te aliento a que continúes en esa línea pues francamente me ha gustado. Enrique
ResponderEliminarPrecioso!
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Pil
Me he identificado con algunas cosas,como lo de pasear al lado de la ría,atravesar la ría en la barquita que valia 50 céntimos era toda una aventura. Vivía muy cerca de la ría y la amaba,con sus aguas turbias y sus gabarras. me ayudaba a soñar. Ahora hace tiempo que vivo en Barcelona y te agradezco que me hayas hecho rememorar,con tu relato,historias que tenía un tanto olvidadas. Gracias
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato,es muy auténtico. Se nota que fluye desde tu corazón.Las frases son cortas y muy claras. Te felicito.Ah¡ soy la del comentario desde Barcelona,me olvidé decirte lo mucho que me ha gustado. Me he emocionado porque ha conectado con mi corazón. Gracias.
ResponderEliminarTrini